Le Rosé

Le Rosé

Le Rosé es un rosado concebido desde el mismo viñedo, la parcela llamada Carresoto del pueblo de Miño de San Esteban, a partir de variedades autóctonas Tinto Fino y la blanca Albillo.

Las uvas proceden de las viñas viejas prefiloxéricas de este «grand cru», a 950 metros de altitud, en el que predomina un suelo superficial de 30-50 cm de arena y un fondo directo de roca calcárea, modelo de terroir referente en los grandes Champagnes, Borgoñas y en el Valle del Loira.

El prensado, proceso mejorado ahora en la nueva bodega, es de tipo Champagne, para solo recoger el mosto flor con el que se elabora Le Rosé. El vino resultante se fermenta y se cría en barrica nueva de 600 litros.

La primera añada Le Rosé fue en 2013 y desde su principio este rosado fue elaborado directamente para competir y categorizar en la elite mundial de los rosados.

Sourdais percibió que Soria era un lugar idóneo dada la tradición de Ribera de Duero y, en general, de la viticultura española de elaborar claretes, para recoger conscientemente la tradición y actualizar el legado consiguiendo con Le Rosé el rosado pleno español.

Viñedo:

Variedad de uva: 50% Tinto Fino y 50% Albillo.

Edad: plantados en 1905.

Suelos: arenas, sobre roca calcárea.

Parcela: David Hernando cultiva en ecológico..

Altitud: 950 m.

Denominación: DO Ribera del Duero.

Cosecha: manual.

Vendimia: manual el 26 de septiembre de 2019, en cajas de 12 kg, 2.631 kg en total (50% Tinto Fino, 50% de Albillo).

Prensado: directo, racimos enteros de uva tinta y blanca, utilizando el sistema de ‘taille champenoise’.

Desfangado: a 15°C.

Fermentación y crianza: en barricas nuevas de Roble francés de 600 L – 6 meses.

Embotellado: 24 de junio de 2020.

Producción 2019: 2.140 botellas 75 cl + 90 Magnum.

La añada 2019: «Caluroso verano y seco»

El inverno seco caracterizó el comienzo de año. El calor se hizo notar entre el 18 y el 28 de febrero, después de algunas nevadas, pero la hierba del viñedo no creció y tampoco las yemas despuntaron, debido a que los suelos y subsuelos estaban fríos.

La brotación se produjo el 30 de abril, mes en el que llegaron las lluvias. Por su parte, mayo trajo heladas importantes (días 4 y 6). Frío intenso en plena primavera que provocó que el viñedo perdiera brotes y yemas, pero no los secundarios, hecho que preservó el bienestar de la planta. Tampoco se vería afectada por ‘estrés hídrico’ debido a la lluvia registrada.

El viñedo como corolario dio poca uva, pero sin notar sufrimiento por parte de la planta.

La añada 2019 se caracterizó finalmente por la climatología del verano, siendo caluroso y sequísimo en los campos sorianos. Se registró la canícula a finales de junio (el día 25, la floración), con diez días en los que el termómetro marco temperaturas de 40º, condición que se vino a repetir en los últimos días de julio.

Hacia el 10 de agosto se había completado el 50% del envero.

La lluvia no volvió a caer hasta la primera mitad de septiembre, acumulando 40 litros de agua. El viñedo contó en esta parte del año con un desarrollo vegetativo abundante en hojas y tallos, a pesar del fuerte calor. El exceso de agua del año 2018 vino a paliar las consecuencias de las altas temperaturas.

La situación de extra vitalidad de la planta influyó para que los vinos de la añada 2019 conservaran una intensidad más que evidente y a la vez un fino equilibrio.

Vendimia: el 5 de octubre en cajas de 12 kg, 2.329 kg en total (60% Tinto Fino, 40% de Albillo).

Prensado: directo, racimos enteros utilizando el sistema de “taillechampenoise”.

Desfangado: a 12°C.

Fermentación y crianza: en barricas nuevas de 600 l.

Embotellado: 24 de junio.

Producción 2018: 1.524 botellas.

La añada 2018: «por fin un año con estaciones»

En 2018, hemos podido volver a apreciar el paso de las estaciones en el viñedo soriano.

El invierno fue marcado por el frío, con precipitaciones generosas, mucha nieve desde enero, febrero, marzo, incluso los días 10 y 11 de abril.

La vegetación despertó como de costumbre, los almendros abrieron sus flores el día 3 de abril y la brotación del viñedo se apuntó el día 27.

La primavera quedaría a su vez marcada por las lluvias y el frio, y por las heladas que se produjeron del 1 al 13 mayo, que originaron variaciones importantes en los ritmos vegetativos de las plantas.

Continuó este tiempo invernal hasta mitad de junio. El 19 de junio apareció el sol y la temperatura veraniega. En consecuencia, las viñas empezaron a florecer a partir del 21 de junio, ciclo que duraría hasta principios de julio.

El verano, con temperatura moderadas de 30oC, quedó marcado por las lluvias y ciertas tormentas aisladas, lo que permitiría a las plantas crecer, e impulsar sus ritmos vegetativos hasta finales de julio (normalmente, la vegetación frena su crecimiento natural a principio de julio).

De este modo, nos encontramos en una situación más bien típica de un ciclo vegetativo atlántico, muy poco frecuente en la ribera del Duero Soriana.

Los meses de agosto hasta octubre fueron secos, con temperaturas moderadas y abundantes horas de sol, lo que posibilitó una maduración lenta y la formación de complejos aromas del tinto fino y albillo.

Le Rosé 2018 sigue el perfil refinado del 2016, aunque debido a las heladas de mayo, que propiciaron rendimientos más bajos, la añada 2018 tiene más intensidad y profundidad en boca que la de 2016, resaltando así los caracteres orgánicos propios de la añada 2018 respecto a los aromas.

Vendimia: del 16 al 19 de Septiembre en cajas de 10 k.

Prensado: directo con los racimos enteros de uva tinta y blanca.

Desfangado: a 12°C.

Fermentación y crianza: en barricas de roble francés de 600L.

Embotellado: 8 de agosto 2018.

Producción 2017: 2.200 botellas de 75cl y 30 mágnum.

Le Rosé 2017

Añada precoz la de 2017, aunque los almendros no estuvieron en flor en San Esteban de Gormaz hasta el 13 de marzo, fecha un tanto tardía comparada con la de otros años.

La primavera fue fría y seca. Nos dejó el 28 de abril una helada dura con temperaturas de -7ºC que se llevó por delante todos los brotes, aunque por suerte muchas de las yemas no habían salido y fueron salvadas. Aún así, la pérdida de cosecha fue de un 30%. La floración fue muy rápida, entre el 5 y el 12 de junio. Ya con este dato pudimos suponer que tendríamos una maduración homogénea y una vendimia rápida. Y así fue.

A finales de junio, hubo una ola de calor anormal para la época, hasta 38ºC durante un período de quince días, lo que hizo que las uvas adquirieran una piel gruesa y tuvieran poca pulpa. Ya en julio volvimos a las temperaturas «normales» para las máximas, las mínimas fueron bastante frías, y recogimos 70 l. de agua (muy esperados) los días 7, 8 y 9 de julio

El envero fue precoz, comenzó el 26 de julio, con quince días de antelación. Agosto nos trajo días más bien calurosos y noches frescas. Los días 27, 28 y 29 volvimos a recoger 50 l. de agua, lo que permitió mantener las plantas frescas a pesar de la sequía general del año. Las ‘quitameriendas’ (Colchicum montanum) fueron también precoces, se llegaron a ver con tres semanas de antelación (8 de septiembre) anunciando el fin del verano.

Le Rosé 2017 aparece con un color rosa muy pálido, casi transparente. Desarrolla aromas de melocotón blanco, rosas y finas maderas. En boca es untuoso, y suave en ataque, sigue con finura y delicadeza en media boca y termina con una acidez calcárea propia de la parcela de Le Rosé.

Vendimia: del 16 al 19 de Septiembre en cajas de 10 k.

Prensado: directo con los racimos enteros.

Desfangado: a 8°C.

Fermentación y crianza: en barricas nuevas de 600L.

Embotellado: 3 de mayo 2017.

Producción 2016: 2.116 botellas y 51 magnums.

Le Rosé 2016

La añada empezó con una anotación significativa: los rosales brotaron en enero, indicio de que el inicio del año había sido poco frío en esta latitud soriana. Los fríos intensos comenzaron en marzo y vimos las primeras nevadas a mediados de abril.

La brotación se produjo el 29 de abril, en la media de los últimos 50 años en Soria. A mitad de mayo, registramos un periodo bastante frío y tuvo un impacto destacable como es que la floración de la viña llegó tarde, para el día 20 de junio.

El verano se caracterizará por la sequía, como la añada en su conjunto. No obstante, en pleno estío, el 14 de julio, se registraron 5º de mínima y el día 12 de agosto, 3º. Este frío permitió a la planta recuperarse de las horas del sol.

En septiembre, logramos apreciar un calor intenso, 37º el día 7, y entre el 14 y el 16 llegaron las lluvias y se registraron 12 litros de agua para que la planta se refrescará y viviera su segunda juventud. Este aspecto ofrecerá personalidad a la añada y se grabará en la memoria del vino.

Le Rosé es un vino directo, abierto, de una añada cercana que no es con de sus atributos y que despliega sus aromas sin pudor. La cantidad y generosidad de 2016 se nota en boca, a la vez que transmite unos sabores precisos, desde el inicio y de una forma relajada, apreciándose también un equilibrio y fluidez notable. La gran añada y el ‘grand cru’ conjuntan fuerzas para ofrecer un resultado que apabulla.

Viñedo:

Variedades: Tinto Fino, Albillo de varios pueblos de Soria.

Viñedos viejos Altitud: 900m.

Rendimientos: 2.500 kilos/ ha.

Vendimiado del 16 al 19 de Septiembre en cajas. Prensado directo con los racimos enteros. Desfangado 12 horas a 8°C Fermentación y crianza en barricas nuevas de 600L. Embotellado: 4 de Febrero de 2016. Producción 2015: 1250 botellas y 125 magnums.

Suelos: arenas y calcáreo.

Añada 2015

El 2015 es por definición, tanto en Francia como en España, un año seductor y «charmeur», en el que el terroir calcáreo se dejó domesticar por el clima. El resultado es un vino quizá no tan potente como el 2014 pero sí más bien un vino «hecho», como lo calificamos en nuestro oficio, un vino que está en su mejor punto ya.

Producción: 1.250 botellas.

Le Rosé 2015. 92 Parker.

Le Rosé 2015. 92 Guía Peñín.